La gran importancia de la Moral
¿Qué tienen en común el Derecho, la Psicología, la Ética y la Moral? Estas 4 áreas del conocimiento tienen en común su objeto de
estudio: las cuatro estudian los actos humanos, la diferencia entre cada una de ellas es el punto de vista desde el que estudian
dichos actos.
El Derecho estudia los actos humanos desde el punto de vista jurídico;
La Psicología los estudia desde el
punto de vista sanitario (de la salud);
La Ética lo hace desde el punto
de vista filosófico y
La Moral los estudia desde el punto de vista Teológico.
Así pues tenemos que la Moral es el estudio de los actos humanos desde el punto de vista Teológico, el cual es mucho más
profundo, más completo, más trascendental, más perfecto, más perene y más universal que el filosófico y que
clínico
o sanitario y que el jurídico. La Moral es además la Ley de Dios puesta en
práctica.
La legalidad o
ilegalidad de un acto depende de las circunstancias en las que se
encuentre el individuo que realiza
los actos de los que hablamos, y/o depende del contexto histórico y/o
social determinado en el que se ubique o al que haga referencia la
persona que lleva a cabo ese acto y/o las personas que califican
o juzgan
dicho acto.
Lo que es moral hoy fue moral hace 100 años, y hace 5000 años, y seguirá
siendo moral hasta el fin de los tiempos; la moral no depende del lugar dónde
se ponga en práctica los actos humanos, tiene el mismo valor para los
asiáticos, que para los americanos y que para los de Oceanía y los de Europa.
La Moral tiene mucha importancia en todos los ámbitos de la vida,
individual, familiar y social; espiritual y material; intelectual y
sentimental, y no solamente en los
ámbitos jurídico, social y/o político.
Es decir, un acto puede
ser legal hoy, sin embargo pudo haber sido ilegal hace 50 años o hace 1000
años, y/o puede llegar a ser ilegal dentro de 15 o 50 años; o puede ser ilegal hoy y llegar a ser legal
en unos pocos años; también puede ser legal en un país o en un estado o en una
región geográfica determinada, y puede ser ilegal en el resto del mundo. Por lo tanto la legalidad de un acto es
bastante relativa y hasta subjetiva porque depende de las connotaciones y/o concepciones que imperen en un
contexto histórico-social en el que se lleve a cabo, y depende en gran medida
de la subjetividad de las autoridades que juzgan dichos actos.